
15 Abr BIOFEEDBACK Y NEUROFEEDBACK
El biofeedback se puede definir como una técnica de entrenamiento para aprender a controlar procesos fisiológicos como la respiración, ritmo cardíaco, presión arterial, actividad muscular etc. La medición de la actividad fisiológica se hace a través de unos sensores colocados en diferentes partes del cuerpo, dependiendo de qué se quiere medir. A partir de ahí se realiza un entrenamiento para aprender a controlar diferentes actividades corporales.
La base de esta técnica es la retroalimentación, que va informando de manera visual y/o auditiva a la persona sobre el parámetro de medida que está siendo entrenado.
A través del biofeedback se pueden tratar distintas patologías como trastornos musculares y neuromusculares, dolores de cabeza, negatividad, miedos, ansiedad y todos los síntomas asociados al estrés.
El biofeedback como técnica de tratamiento no es invasiva por lo que es muy segura.
La técnica de entrenamiento cerebral denominada neurofeedback se define como un método electrofisiológico caracterizado por la medición y entrenamiento de las ondas cerebrales, a través de una retroalimentación con el objetivo de regular la actividad cerebral, a través de los principios de la neuroplasticidad. La actividad cerebral es medida a través de unos sensores colocados en el cuero cabelludo y analizada para proporcionar un feedback al paciente en tiempo real a través sonidos o imágenes que suceden cuando el patrón de activación cerebral está dentro de los límites adecuados. Así, a través de esta técnica, se consigue que el cerebro aprenda progresivamente a realizar las conexiones neuronales necesarias para mantener una actividad cerebral adecuada, aumentado el bienestar tanto a nivel comportamental como emocional.
El neurofeedback es también una técnica no invasiva y altamente segura. La seguridad de esta técnica es avalada por el hecho de que no se realiza ninguna estimulación al cerebro, sino que a través de los sensores se toman las medidas electrofisiológicas que permiten al software dar el “feedback” para proceder a la modificación del patrón de activación cerebral alterado a uno más normativo.
A pesar de tratarse de una técnica relativamente reciente, se ha logrado demostrar su efectividad para el abordaje de distintas enfermedades. En algunos casos como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), la evidencia sugiere incluso que puede ser utilizada como tratamiento alternativo para aquellos pacientes que no pueden ser medicados, reduciendo significativamente la hiperactividad manifiesta.
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