Nuestro ritmo de vida actual y las crecientes exigencias, provocan una tensión constante, un estado de alerta roja de forma continuada que limita nuestra vida y tiene consecuencias perjudiciales para la salud: trastornos musculares, dolores de cabeza, aumento del colesterol, enfermedades coronarias, hipertensión, depresión, negatividad, trastornos sexuales, trastornos gastrointestinales, adicciones, enfermedades dermatológicas, ansiedad y fobias entre otras muchas.